El melón con jamón es un clásico atemporal del verano mediterráneo. Porciones de melón fresco, jugoso y bien frío, combinadas con finas lonchas de jamón curado de calidad.
Una mezcla de dulce y salado que funciona siempre: refrescante, sabrosa y ligera.
Ideal como entrante, para compartir o como opción fresca entre platos.